Vivir en el Señor

Desde que mi voluntad está a la vuestra rendida, conozco yo la medida de la mejor libertad.

Venid, Señor, y tomad las riendas de mi albedrío; de vuestra mano me fío y a vuestra mano me entrego, que es poco lo que me niego si yo soy vuestro y vos mío.

A fuerza de amor humano me abraso en amor divino.

La santidad es camino que va de mí hacia mi hermano.

Me di sin tender la mano para cobrar el favor; me di en salud y en dolor a todos, y de tal suerte que me ha encontrado la muerte sin nada más que el amor.

Amén.

José Luis Blanco Vega, SJ
(Mieres, 1930 – La Coruña, 2005)

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