Parábola del grano que muere

Esta parábola de “El grano que muere” aparece sólo en el evangelio de san Juan:

En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. (Jn 12,24)

 
Jesús, con su muerte y resurrección, se hará grano de trigo, sembrado en la tierra, y su cosecha será esplendorosa.
 
Cristo contempla su Pasión como una entrega, una pérdida, que terminará en ganancia. Del sepulcro, donde es enterrado el grano de trigo, florecerá una espiga pascual. Es necesario que Jesús pase por la muerte para producir abundante fruto, porque muere pero resucitará, y de él brotará vida, y vida en abundancia porque vencerá definitivamente al pecado y a la muerte.

Para Juan, la cruz no es solamente el momento clave para el retorno glorioso de Jesús a su Padre, sino el momento en el que Jesús obtiene la victoria decisiva sobre Satanás.

Jesús nos pide a nosotros que seamos también trigo plantado en tierra fértil. Los cristianos, debemos morir de alguna manera a este mundo, a lo mundano, para poder dar frutos espirituales. Debemos estar desprendidos de los bienes que tenemos y usamos, prescindir de lo superfluo y ser comedidos en lo necesario. No podemos tener nuestra vida personal y social teñida de materialismo, poniendo en los medios materiales el fin de nuestras vidas y nuestra felicidad, olvidando que nuestra vida es un camino hacia Dios. Si no, nos ocurrirá como con la semilla caída entre espinas, que se ahoga y no llega a dar fruto. Nosotros nos ahogaremos a causa de las preocupaciones, riquezas y placeres.

Hoy en nuestro examen de conciencia, meditemos si estamos dando frutos abundantes en nuestra vida. Frutos de caridad, de trabajo bien hecho, de apostolado con amigos y familiares, de actos de amor a Dios y al prójimo, de pequeños servicios a quienes comparten la vida con nosotros.

Todos tenemos que cumplir una misión aquí en la tierra, y de ella hemos de responder al final de la vida. Seremos juzgados según los frutos, abundantes o escasos, que hayamos dado.

Deja una respuesta