La lectura de la Sagrada Escritura


En el Sacramento del Bautismo y después en el de la Confirmación, Dios nos ha entregado el Espíritu Santo y sus dones, entre otras cosas, para que podamos conocer el mensaje de la Palabra revelada en Jesucristo.

A pesar de haber recibido este don y de tener el gran privilegio de tener a nuestra disposición la Sagrada Escritura, y la Tradición y el Magisterio que nos ayudan a interpretarla, aún no entendemos las palabras de Jesús y por eso, a veces, nos comportamos como si no fuésemos cristianos.

Debemos ser conscientes que Dios nos ha revelado en la Sagrada Escritura todo lo necesario para nuestra salvación. Y nuestra salvación se basa en conocer personalmente a Jesucristo, nuestro Salvador. Por tanto, si queremos salvarnos, debemos ser capaces de interpretar lo que nos quiere decir en la Sagrada Escritura. A fin de cuentas la fe cristiana, es la obediencia a la Palabra y voluntad de Dios, por tanto hay que conocerla. “Así, pues, la fe nace del mensaje que se escucha, y la escucha viene a través de la palabra de Cristo” (Rom 10, 17).

Yo pienso que para un cristiano, su primer libro de espiritualidad debería ser la Sagrada Escritura. Cuántos cristianos no la conocen, simplemente se conforman con las lecturas de la Misa y las homilías del sacerdote. ¿De qué sirve leer a grandes escritores espirituales (Santa Teresa, San Juan de la Cruz, Tomás de Kempis, etc.) si lo básico de nuestra espiritualidad cristiana no lo conocemos?.

Con las lecturas de Misa no es suficiente. Para mi, un buen cristiano debe leer la Sagrada Escritura a diario y meditarla, debe conocerla bien, saber el contexto histórico en el que está escrita, la historia del pueblo judío y cómo las situaciones vividas por ellos se reflejan en enseñanzas de Dios mediante los jueces, reyes, profetas. Debe ser capaz de identificar la imagen de Cristo en los escritos del Antiguo Testamento, leer el Antiguo Testamento en clave del Nuevo. Debe saber, si no de memoria, si en general todas y cada una de las palabras de Jesús que contiene el Nuevo Testamento y ser capaz de aplicarlas a su vida.

Dios quiere ayudarnos a superar nuestras dudas y a comprender, pero para ello nosotros debemos saber qué es lo que nos dice, y la mejor forma de saberlo es leyendo la Sagrada Escritura. “Toda Escritura es inspirada por Dios es también útil para enseñar, para argüir, para corregir, para educar en la justicia” (2 Tim 3, 16). Cada libro y cada capítulo tiene un mensaje digno de leer y entender. Aunque nunca podamos comprender todos los misterios de la Palabra de Dios, debemos procurar encontrar el mensaje y la verdad de toda la Escritura “a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para toda obra buena.” (2 Tim 3, 17).

Leer la Sagrada Escritura hace que descubramos lo maravilloso que es Dios, que nos habla y que nos ama. Leer la Sagrada Escritura nos hace tener una idea más clara de lo que Dios desea de nosotros, de nuestra relación con otras personas y con Él.

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